lunes, 19 de octubre de 2009

Cartas al Director

Cuidar a nuestros mayores

Sr. Director:
El 60% de las plazas en centros de día para mayores no se ocupan. Caben muchas explicaciones, pero la más evidente es la económica: las pensiones de los potenciales usuarios son tan cortas que no cubren los precios exigidos por las empresas prestatarias.
Por esto son más demandadas las ayudas económicas directas, éstas suponen un incremento de la pensión y de la renta familiar y no un decremento casi absoluto, como resulta siempre el acceso a un centro, que además proporciona un servicio muy limitado.
Las estrategias familiares pasan por buscar proveedores más vulnerables, con los que sea posible una negociación cara a cara, no sobre el servicio ofertado sino sobre el precio que lo soporta. El recurso a empleadas de hogar en régimen de discontinuas, por lo que ellas cubren su propia Seguridad Social -y, más barato aún, las extranjeras que se encuentran en situación administrativa de irregularidad-, ha sido la opción más socorrida y alentada por la Administración durante los últimos 20 años.
Las dificultades reales llegan cuando estas personas devienen en dependientes y necesitan un servicio profesionalizado y continuado, entonces estas alternativas se caen por sí mismas y los hospitales de la red pública han de hacerse cargo, aunque sea intermitentemente, de los mayores, incurriendo así en disfunciones y costes añadidos que deberían haberse prevenido mediante una oferta suficiente de residencias públicas.


(Luis F. Crespo - C.-La Mancha)

El extraño letargo de los sindicatos

Sr. Director
Hace más de 17 años que estoy sindicado, y creo por principio que todos los trabajadores deberíamos estarlo. Pero en todos estos años nunca he conocido un periodo de mayor inactividad sindical que el que estamos atravesando. ¿A qué se supone que esperan para movilizarse? ¿Hay que triplicar la cifra de parados? Es cierto que la nuestra podía asimilarse a una crisis internacional, pero ahora parece claro que en España durará más tiempo y creará más desempleo. ¿Quién representa a los desempleados? Yo no acabo de identificar una voz válida para su defensa.
Lo mismo ocurre en el mundo laboral: las presiones son enormes, los trabajadores viven con miedo, los mandos nos recuerdan constantemente aquello de que «no te quejes que tú tienes trabajo». Y a todo esto, los sindicatos escondidos, complacientes y terriblemente politizados. Por favor, señores que nos representáis en nuestros empleos, sacad la cabeza de debajo de la tierra. Dejad de mirar para otro lado y movilizad de una vez a trabajadores y parados.


(M. Vargas - Toledo)