domingo, 11 de julio de 2010

Quieren una gran caja rural regional tras quedarse sin CCM y sin Caja Guadalajara
Toledo.- Quien no se consuela es porque no quiere. La vicepresidenta y consejera de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla La Mancha, María Luisa Araújo, no oculta sus deseos. Admite abiertamente que ve "con buenos ojos" que otras cajas rurales de esta comunidad autónoma se sumen al proyecto de fusión iniciado por la Caja Rural de Toledo y la Caja Rural de Ciudad Real.
La vicepresidenta económica del Gobierno de José María Barreda ha encontrado un aliado en los sindicatos. El secretario general de CCOO de Castilla-La Mancha, José Luis Gil, cree que esta operación, que crea la tercera entidad del sector, debe ampliarse a otras cajas rurales de la región, para contar con un grupo "más fuerte y con mayor capacidad ante cualquier tipo de examen".
Con esta operación, el Gobierno regional pretende consolarse tras la pérdida de las dos cajas de ahorros existentes en la comunidad autónoma: Caja Castilla La Mancha (CCM), primera entidad de ahorro en sufrir una intervención del Banco de España, es ahora Banco CCM (manteniendo la obra social en manos de la Fundación CCM) dentro del grupo Cajastur, implicado a su vez en una fusión virtual con la alicantina Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Caja Cantabria y Caja Extremadura. Por su parte, Caja Guadalajara fue absorbida por la sevillana Cajasol en la primera fusión interregional de entidades de ahorro en la historia del sector.
La vicepresidenta y consejera de Economía y Hacienda considera positivo que las cajas rurales de la región hagan un esfuerzo "para sumar oportunidades, no para sumar problemas". Porque, a diferencia de las cajas de ahorros que han terminado siendo engullidas por otras, las rurales de esta comunidad autónoma tienen una posición bastante aseada. Para María Luisa Aráujo, "podemos presumir de tener unas cajas rurales en situación saneada".
El pasado 18 de junio, el presidente autonómico, José María Barreda, aprovechaba su encuentro en Toledo con los presidentes de Caja Rural de Toledo, Andrés Gómez Mora, y de Caja Rural de Ciudad Real, Luis Díaz Zarco, y con los directores generales de ambas entidades, Rafael Martín Molero y Miguel Ángel Calama, respectivamente, que le ha dado a conocer el informe de fusión de las dos entidades, tras haberlo aprobado por unanimidad sus consejos rectores de ambas entidades y haberlo presentado al Banco de España, para felicitarles por esta "buena nueva" de compartir el futuro y de hacerlo "unitariamente". Y para destacar que era una decisión que ha hecho posible el nacimiento de una nueva entidad financiera en Castilla-La Mancha y en España, "porque una de las cajas rurales más importantes del país es la resultante de este acuerdo".
Barreda destacó que "es una decisión muy inteligente, ya que sólo personas que tienen grandeza de miras, que tienen una gran perspectiva y que además quieren trabajar eficazmente por sus entidades y por el conjunto de Castilla-La Mancha toman estas decisiones tan importantes como la que han tomado las cajas rurales de Toledo y Ciudad Real y yo, como presidente, les doy la enhorabuena".
Así que el mensaje oficial desde el Gobierno autonómico es que "hemos saludado la propuesta de fusión de las rurales de Toledo y Ciudad Real y si hay otras que libremente deciden adherirse lo veremos con buenos ojos". Y que "serán las cajas rurales, sus consejos rectores, quienes deberán tomar esa decisión". Pero la invitación a concentrarse ya se ha enviado desde Castilla La Mancha. Otra cuestión es que las cajas rurales hagan caso a ese mensaje.
En ayuda del Gobierno autonómico acude el secretario general del sindicato CCOO de Castilla-La Mancha, José Luis Gil, para quien el proceso de fusión de Caja Rural de Toledo y Caja Rural de Ciudad Real es un primer paso que habría que "cerrar cuanto antes" para poder ampliarlo "al resto de cajas rurales" que operan en la autonomía.
Una hipotética Caja Rural de Castilla La Mancha sería "más fuerte" y serviría para "tener mayor capacidad ante cualquier tipo de examen". Por su parte, Fernando Botica, de CCOO-Comfia, aplaude el mensaje lanzado por las cajas rurales de Toledo y Ciudad Real respecto a que se fusionan para convertirse en "la única y verdadera entidad financiera de referencia en Castilla-La Mancha", y explica que "es lógico que las cajas rurales se postulen como las entidades genuinamente territoriales".
Además de la entidad resultante de la fusión entre las rurales de Toledo y de Ciudad Real, que será la tercera entidad del sector (tras la almeriense Cajamar y la valenciana Ruralcaja, ambas promotoras de sendas fusiones virtuales de alcance suprarregional), en Castilla La Mancha operan otras siete entidades. Albacete, Casas Ibáñez, Cuenca, Mota del Cuervo, Roda, Villamalea y Caja Campo (que tiene su domicilio social en la Comunidad Valenciana y que forma parte del Grupo Cooperativo Cajamar). Precisamente, la Caja Rural de Albacete y la de Toledo intentaron una fusión hace más de un año, pero las conversaciones no fructificaron.
El director general de la todavía Caja Rural de Toledo y futuro primer ejecutivo de la naciente Caja Rural de Castilla La Mancha abre la puerta a nuevas incorporaciones, aunque matiza que la prioridad es la integración de las dos entidades. Rafael Martín Molero cree que las cajas rurales son "la última frontera de la economía social", echando mano de un discurso "que las cajas de ahorro han defendido muy bien". Y deja muy claro su objetivo: "Tenemos un proyecto de ser lo más competitivos en un mundo globalizado, pero también tenemos un compromiso moral irrenunciable de poder ser la entidad de referencia de Castilla-La Mancha. Nuestro compromiso en todos los niveles, desde la cúpula de mando hacia abajo, es hacernos cada día, cada minuto, un auténtico referente de los territorios donde estamos".
La intención de Castilla La Mancha de propiciar una gran caja rural en esta zona convive con varios procesos de concentración virtual: el Sistema Institucional de Protección (SIP) impulsado por Cajamar, el primero en recibir el visto bueno del Banco de España; el que promueve Ruralcaja con otras entidades de la Comunidad Valenciana; el de las grandes entidades, del que formará parte Cajas Rurales del Mediterráneo, el SIP de Ruralcaja, y que está asesorado por el bufete Garrigues; y el de las locales y comarcales, que cuenta como asesor a Analistas Financieros Internacionales.
Pero Castilla La Mancha debe mirarse en el espejo de Castilla León. Allí, el Gobierno autonómico apoyó una iniciativa de la Caja Rural del Duero para integrar todas estas entidades de la región. La aventura salió tan mal que la Rural del Duero tuvo que ser absorbida por Cajamar, que iniciaba así la expansión nacional, ahora consolidada en la fusión virtual que impulsa con entidades de la Comunidad Valenciana y en la que mantiene conversaciones con otras rurales de toda España.
Entre tanto, PSOE y PP polemizan sobre la conveniencia de que una comisión de las Cortes regionales averigüe qué paso en realidad en CCM. Los populares sospechan que el PSOE tiene mucho que callar en ese asunto y los socialistas no quieren ni oír hablar de nuevas irregularidades, mientras las encuestas les sitúan en graves dificultades de cara a las próximas elecciones regionales.
El presidente de la Confederación de Empresarios de Castilla-La Mancha (Cecam), el maquedano Ángel Nicolás, ha dicho que él haría una comisión de investigación sobre Caja Castilla La Mancha, aunque ha apuntado que "todo lo que ha ocurrido ya está escrito por el Banco de España".
"Yo haría una comisión de investigación en las Cortes y en los ayuntamientos; no veo el problema", ha dicho Nicolás, que entró en el Consejo de Administración de CCM semanas antes de su intervención por el Banco de España.