domingo, 14 de febrero de 2010

Sociedad

Una mujer maltratada dejó escrito en Facebook el relato de su infierno personal antes de suicidarse

Madrid.- Una carta de despedida cruda y desesperada, el lamento de su hija ante el suicidio anunciado, la impotencia de su madre —que desconoce cuál es el color del alma negra del "diablo"— reflejada en los comentarios de Last words. Así tituló Lita su crónica de una muerte anunciada, que no fue escrita de puño y letra ni encerrada en un sobre dirigido a los suyos. La colgó directamente en su perfil de Facebook, donde puede ser leída por todos los usuarios de Internet con cuenta en esta red social.
En el descarnado texto que colgó en Facebook, Lita explicaba por qué había decidido acabar con su vida. Faltaban dos días para que se celebrase un juicio rápido por violencia de género contra su ex pareja. Lita llevaba horas aferrada a una palanca de hierro, la botella junto a la cama, el número de la Guardia Civil preparado. Doce horas muerta de miedo. Escribe.
"Quiero que todo el mundo sea consciente de que soy una de las muchas mujeres que han sido víctimas de la maldad de...". Lita teclea el nombre y el apellido de su antaño compañero sentimental (P.D.K.) y comienza un alegato en contra de los malos tratos, trufado de algún apunte amoroso. "Peor incluso que la agresión física es la destrucción sin escrúpulos de las personas que confían en él y, en mi caso, que le aman".
Tres de febrero de 2010. Garrucha, un pueblo costero de Almería. Allí vive una mujer atemorizada que dos días después subirá a la terraza de su edificio y se precipitará al vacío antes de que la policía pueda evitarlo. Antes también de su cita con la Justicia, la misma que mantiene a P.D.K. en prisión preventiva por presuntos malos tratos. Lita sigue escribiendo: "Tienen razón aquellos que dicen que el amor es ciego porque, si miro hacia atrás, me horroriza mi propia incapacidad para evitar que me quitase o destruyese absolutamente todo por lo que he luchado en mi vida". "Espero que te encierren y tiren la llave", escribió Lita
Su infierno personal, recuerda, secó la última gota de su alegría de vivir. Menguó sus fuerzas. Tronzó su confianza en sí misma. Nubló su determinación ante la vida. Birló el sí y lo suplantó por un rotundo no. Lita llegó a negarse a sí misma cuando subió a la terraza, dio un paso al frente y se dejó vencer por la gravedad. "Mi madre es un ángel que vuela", escribió Tiffany, su hija, en los comentarios del testamento emocional de su madre. "Ten cuidado con lo que haces, tío, nunca sabes quien puedes tener a tus espaldas. Estaré yo con un cuchillo y no dudaré en clavártelo". Lita, en cambio, temblaba sólo con pensar en su presencia y no fue capaz de encararse con el mismísimo diablo, como decía ella, en la vista.
"Espero, con mi último aliento, que pagues por todos tus crímenes". Lita era británica y daba clases de inglés en una academia del pueblo. Tal vez llegó a enseñarle a sus alumnos que Last words significa Últimas palabras. Éstas: "Espero que te encierren y tiren la llave. Que sufras por los asesinatos y torturas a los que has dedicado tu vida para imponerte a los que son más débiles que tú. Púdrete en el infierno".