Barreda quiere abrir las puertas del Palacio de Fuensalida
TOLEDO.- El presidente regional, José María Barreda, desea abrir las puertas del Palacio de Fuensalida, donde tiene su sede el Gobierno de Castilla-La Mancha, pa
ra que los ciudadanos puedan disfrutar de una parte importante de las dependencias que componen el hermoso monumento histórico-artístico.
Hasta la fecha, el Palacio de Fuensalida, actual sede de la Presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha -que durante años fue residencia particular del ex presidente José Bono- ha permanecido vedado a los ciudadanos, salvo visitas de grupos programadas por la Junta.
El director general regional de Patrimonio y Museos, Luis Martínez, ha explicado a ABC que se trata de un edificio singular, cuya última reforma se hizo en 1965 por problemas de cimentación del inmueble, y que en el transcurso de las obras salier
on a la luz elementos arquitectónicos muy interesantes.
El Palacio fue mandado edificar a comienzos del siglo XV por Pedro López de Ayala, primer conde de Fuensalida y uno de los coetáneos de Don Álvaro de Luna, el personaje más importante de la historia de Escalona, y uno de los peor valorados por las autoridades de la Villa.
Dentro de Fuensalida hay un gran patio central de estilo mudéjar, con pilares poligonales de ladrillo y zapatas. En su interior se conservan restos de yeserías mudéjares y la escalera que comunica con el edificio del contiguo Taller del Moro, que posee un artesonado plateresco, con casetones, del siglo XVI.
La empresa Arte Vecchio está realizando una espléndida restauración de esos elementos. Y el
uso que se dará a Fuensalida cuando vuelva a abrir sus puertas será más institucional y de representación, y sin actividad administrativa, que se trasladará al inmue
ble conocido como Graneros de San Julián, situado frente al Palacio, comprado por la Junta el año pasado al Arzobispado de Toledo por casi 2 millones de euros.
El ejemplo de Fuensalida debería cundir a otros lugares, como la propia Escalona. Es lamentable que las autoridades municipales dejen pasar el tiempo sin mover un dedo en pro de la recuperación de la propiedad del Castillo-Palacio de Don Álvaro de Luna, como paso previo a su auténtica restauración –hoy no es más que chalecito con piscina-, a su apertura a los ciudadanos y a su conversión en motor de una nueva economía para la Villa.
TOLEDO.- El presidente regional, José María Barreda, desea abrir las puertas del Palacio de Fuensalida, donde tiene su sede el Gobierno de Castilla-La Mancha, pa

Hasta la fecha, el Palacio de Fuensalida, actual sede de la Presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha -que durante años fue residencia particular del ex presidente José Bono- ha permanecido vedado a los ciudadanos, salvo visitas de grupos programadas por la Junta.
El director general regional de Patrimonio y Museos, Luis Martínez, ha explicado a ABC que se trata de un edificio singular, cuya última reforma se hizo en 1965 por problemas de cimentación del inmueble, y que en el transcurso de las obras salier

El Palacio fue mandado edificar a comienzos del siglo XV por Pedro López de Ayala, primer conde de Fuensalida y uno de los coetáneos de Don Álvaro de Luna, el personaje más importante de la historia de Escalona, y uno de los peor valorados por las autoridades de la Villa.
Dentro de Fuensalida hay un gran patio central de estilo mudéjar, con pilares poligonales de ladrillo y zapatas. En su interior se conservan restos de yeserías mudéjares y la escalera que comunica con el edificio del contiguo Taller del Moro, que posee un artesonado plateresco, con casetones, del siglo XVI.
La empresa Arte Vecchio está realizando una espléndida restauración de esos elementos. Y el
uso que se dará a Fuensalida cuando vuelva a abrir sus puertas será más institucional y de representación, y sin actividad administrativa, que se trasladará al inmue

El ejemplo de Fuensalida debería cundir a otros lugares, como la propia Escalona. Es lamentable que las autoridades municipales dejen pasar el tiempo sin mover un dedo en pro de la recuperación de la propiedad del Castillo-Palacio de Don Álvaro de Luna, como paso previo a su auténtica restauración –hoy no es más que chalecito con piscina-, a su apertura a los ciudadanos y a su conversión en motor de una nueva economía para la Villa.