El PP tantea los apoyos para una moción de censura a Zapatero
Por M. González
Madrid.- El Partido Popular ha iniciado una dura ofensiva contra el Gobierno tras los últimos reveses económicos y políticos, y mientras Esperanza Aguirre reclama un adelanto electoral, María Dolores de Cospedal tantea los apoyos ante una hipotética moción de censura.
Una vez
más, la presidenta de Madrid va por libre y se salta la estrategia de Mariano Rajoy, líder del PP, en lo que se interpreta como desafío a su mando e intención de ganar posiciones personales de cara a un hipotético relevo en la cúpula conservadora.
Entre tanto, la número dos del PP y presidenta en Castilla-La Mancha anuncia que su partido va a recabar apoyos para poner en marcha cualquiera "de las salidas o vías recogidas en la Constitución", incluida la moción de censura.
Cospedal ha reconocido que el PP no cuenta con votos necesarios echar de La Moncloa a Zapatero, lo que precisa de mayoría absoluta en el Parlamento, pero añade que su grupo ya trabaja para lograr los respaldos que permitan a Rajoy postularse para presidente del Gobierno sin necesidad de acudir a las urnas, aunque el líder del PP tenga bien claro que eso no ocurrirá.
Algunos analistas políticos recuerdan como, pese a no contar con apoyos suficientes, Felipe González planteó la moción de censura a Adolfo Suárez, lo que le permitió exponer su alternativa de gobierno, que es lo que Rajoy puede conseguir en caso de avanzar por el camino de la censura.
Cospedal cree que el Gobierno es incapaz de encarar las reformas que necesitamos y de pactarlas, como es el caso de la modificación del sistema de pensiones, que ha desatado una auténtica tormenta política nacional.
Un comentarista político aducía que en poco tiempo Zapatero ha sacudido demasiados avisperos en el país, sin que se aprecie que de ese modo ha conseguido mejorar ni un ápice la situación de los cuatro millones de españoles que carecen de empleo y de muchos más afectados por las consecuencias de la crisis que él negaba hace poco más de un año.
Aún resuenan las promesas de Zapatero de que la crisis no iba a tener consecuencias sociales para los españoles, mientras todo indica que las tiene ya y las puede tener mucho peores si se mantiene la actual acción de gobierno (o de inacción, como sostienen otros).
Cospedal acusa además al Gobierno de estar dividido, lo que paraliza su gestión, y dice que Zapatero está “noqueado” y "por no tomar medidas por miedo a perder votantes se está perjudicando a los trabajadores".
Mientras , el portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, niega cualquier posibilidad de adelanto electoral y ha augurado que a fines de 2010, cuando España comience a salir de la crisis, se verá que la oposición "no ha arrimado el hombro" para ayudar. Pero los analistas políticos no ven en estas palabras más que el deseo de ganar tiempo para ver q
ué sucede.
En principio, las elecciones generales deberían celebrarse en marzo de 2012, pero aunque resta más de la mitad de la legislatura, a estas alturas son muchos quienes juzgan que si no se produce un vuelco, Zapatero se verá abocado a adelantar los comicios.
Porque, tal y como ha puesto en evidencia la intervención de José María Barreda, presidente castellano-manchego, la continuidad del deterioro amenaza con empeorar la situación electoral de bastantes dirigentes políticos socialistas en las próximas municipales y autonómicas. Incluso en Ferraz, donde algunos no ocultan el nerviosismo, se teme un auténtico batacazo.
En realidad, se dice en esa sede partidista, cuando Barreda reclama cambios en profundidad en el gobierno y la eliminación de carteras superfluas, para transmitir una idea de auténtica austeridad, no hace sino tratar de clamar por acciones que inviertan la caída en picado de la intención de voto que puede llevarse por delante al propio líder regional, a otros presidentes autonómicos y a decenas de alcaldes.
Pese a que Barreda no ha recibido apoyos, muchos en el PSOE confiesan que, aunque pudiesen ser inoportunas, las palabras de Barreda son compartidas por centenares de militantes que no se expresan con la misma libertad por temor a las consecuencias en un partido donde el poder está personalizado y centralizado en Zapatero y sus más cercanos (Blanco, Alonso, Pajín, etc.).
Además, aunque en el PSOE se ha hecho cundir la orden de cerrar filas, la tesis de Barreda empieza a recibir el respaldo de otros políticos, como el catalán Josep Antoni Duran i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, que se ha sumado a su petición de reducir ministerios.
Madrid.- El Partido Popular ha iniciado una dura ofensiva contra el Gobierno tras los últimos reveses económicos y políticos, y mientras Esperanza Aguirre reclama un adelanto electoral, María Dolores de Cospedal tantea los apoyos ante una hipotética moción de censura.
Una vez

Entre tanto, la número dos del PP y presidenta en Castilla-La Mancha anuncia que su partido va a recabar apoyos para poner en marcha cualquiera "de las salidas o vías recogidas en la Constitución", incluida la moción de censura.
Cospedal ha reconocido que el PP no cuenta con votos necesarios echar de La Moncloa a Zapatero, lo que precisa de mayoría absoluta en el Parlamento, pero añade que su grupo ya trabaja para lograr los respaldos que permitan a Rajoy postularse para presidente del Gobierno sin necesidad de acudir a las urnas, aunque el líder del PP tenga bien claro que eso no ocurrirá.
Algunos analistas políticos recuerdan como, pese a no contar con apoyos suficientes, Felipe González planteó la moción de censura a Adolfo Suárez, lo que le permitió exponer su alternativa de gobierno, que es lo que Rajoy puede conseguir en caso de avanzar por el camino de la censura.
Cospedal cree que el Gobierno es incapaz de encarar las reformas que necesitamos y de pactarlas, como es el caso de la modificación del sistema de pensiones, que ha desatado una auténtica tormenta política nacional.
Un comentarista político aducía que en poco tiempo Zapatero ha sacudido demasiados avisperos en el país, sin que se aprecie que de ese modo ha conseguido mejorar ni un ápice la situación de los cuatro millones de españoles que carecen de empleo y de muchos más afectados por las consecuencias de la crisis que él negaba hace poco más de un año.
Aún resuenan las promesas de Zapatero de que la crisis no iba a tener consecuencias sociales para los españoles, mientras todo indica que las tiene ya y las puede tener mucho peores si se mantiene la actual acción de gobierno (o de inacción, como sostienen otros).
Cospedal acusa además al Gobierno de estar dividido, lo que paraliza su gestión, y dice que Zapatero está “noqueado” y "por no tomar medidas por miedo a perder votantes se está perjudicando a los trabajadores".
Mientras , el portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, niega cualquier posibilidad de adelanto electoral y ha augurado que a fines de 2010, cuando España comience a salir de la crisis, se verá que la oposición "no ha arrimado el hombro" para ayudar. Pero los analistas políticos no ven en estas palabras más que el deseo de ganar tiempo para ver q

En principio, las elecciones generales deberían celebrarse en marzo de 2012, pero aunque resta más de la mitad de la legislatura, a estas alturas son muchos quienes juzgan que si no se produce un vuelco, Zapatero se verá abocado a adelantar los comicios.
Porque, tal y como ha puesto en evidencia la intervención de José María Barreda, presidente castellano-manchego, la continuidad del deterioro amenaza con empeorar la situación electoral de bastantes dirigentes políticos socialistas en las próximas municipales y autonómicas. Incluso en Ferraz, donde algunos no ocultan el nerviosismo, se teme un auténtico batacazo.
En realidad, se dice en esa sede partidista, cuando Barreda reclama cambios en profundidad en el gobierno y la eliminación de carteras superfluas, para transmitir una idea de auténtica austeridad, no hace sino tratar de clamar por acciones que inviertan la caída en picado de la intención de voto que puede llevarse por delante al propio líder regional, a otros presidentes autonómicos y a decenas de alcaldes.
Pese a que Barreda no ha recibido apoyos, muchos en el PSOE confiesan que, aunque pudiesen ser inoportunas, las palabras de Barreda son compartidas por centenares de militantes que no se expresan con la misma libertad por temor a las consecuencias en un partido donde el poder está personalizado y centralizado en Zapatero y sus más cercanos (Blanco, Alonso, Pajín, etc.).
Además, aunque en el PSOE se ha hecho cundir la orden de cerrar filas, la tesis de Barreda empieza a recibir el respaldo de otros políticos, como el catalán Josep Antoni Duran i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, que se ha sumado a su petición de reducir ministerios.
Por si fuera poco, ni siquiera la presidencia semestral de la UE, en la que se habían depositado esperanzas de que ayudase a recuperar la imagen de Zapatero y su equipo, está resultando especialmente exitosa. Y tampoco parece que vaya a venir Barack Obama con un balón de oxígeno para el gobierno socialista, a no ser que el presidente consiga hacerle cambiar de idea en su "desayuno de oración".
