miércoles, 14 de octubre de 2009

Tribuna Libre

En manos de Zapatero y Rajoy
Por Alicia Huerta
No podemos seguir en manos de los políticos de este país. Y no me refiero únicamente a los que nos gobiernan, también a la oposición que parece cada vez más incrustada en una espiral de ignorancia suicida, al tiempo que asesina de toda esperanza. Una forma de oponerse que ya no distingue lo bueno de lo malo, ni, peor aún, lo grave de lo simplemente anecdótico. Que cree que hay que entrar a matar en cualquier caso y que, en vez de aplicarse con inteligencia en atacar lo decididamente importante, que ya sabemos todos que lo hay, mucho y tremendamente grave, se dispersa, se pierde y se diluye en discusiones de sobremesa que duran lo que tarda en consumirse una cerilla.
¿En manos de quién estamos? Obviamente en las del Gobierno, que es quien manda y dispone, muy a menudo sin tener en cuenta lo que se diga, se reclame o se grite, mientras falte aún un plazo de tiempo razonablemente amplio como para volver a llenar las urnas de votos comprados con la demagogia populista. Estamos, como ocurre la mayoría de las veces, en manos de quienes, vestidos con las ásperas ropas del poder, acaban por aislarse mirando con tozudez hacia un frío norte en el que difícilmente va a salir el sol y que nada tiene que ver con lo que de verdad necesitan sus gobernados.
Y como no podía ser de otra forma, por mucho que nos hagamos ilusiones de que Zapatero se está quedando solo en su sinrazón, la realidad es que el PSOE acompaña unido a su líder en un peligroso viaje hacia una meta que nadie entiende, porque con la excusa de que es el partido de los que no lo tienen todo, como dijo un eufórico Zapatero a Gordon Brown, acabará por convertirse en el partido que dejó a todos sin nada.
Las encuestas publicadas por El País y La Vanguardia sobre la intención de voto de los españoles, aseguran que, en el caso de celebrarse hoy las elecciones generales, el partido que manda Rajoy saldría vencedor. Unas encuestas que han servido para que Leire Patín, voz y rostro feroz de los socialistas, haya asegurado que en su partido no están preocupados por el resultado de las mismas, porque la única encuesta que cuenta es la del día de las elecciones y “es la que siempre ha perdido el señor Rajoy”. Por desgracia, no le falta razón.
Puede que sea cierto que el PP obtendría más votos que el PSOE, pero no porque se los haya ganado, si no porque, por fin, ha empezado la lenta agonía de aquellos que, arruinados y descreídos, saben que no pueden volver a dar su voto a Zapatero. No, Rajoy no ganará realmente hasta que no deje de malgastar preciosas energías en estocadas que son sólo taimadas provocaciones del partido que gobierna. No ganará hasta que no deje de quejarse lastimeramente y se ponga a hacer limpieza en su propio partido, respetando a los que de verdad saben y pueden arrimar el hombro para sacar a este país de la negra crisis en la que vive y quitando de en medio a aquellos otros que, por el contrario, sólo siguen ahí porque le dicen lo que sus oídos quieren escuchar. No, Mariano Rajoy, ese brillante parlamentario, serio, equilibrado e inteligente, no parece que sea el jefe de la oposición que necesita en estos momentos España.
(Alicia Huerta es periodista, abogada y pintora)