jueves, 17 de septiembre de 2009

Nota del Editor


Estimado comunicante anónimo que nos felicita por lo que parece agradarle (como han hecho otros antes y como hizo alguno para mostrar su discrepancia), tenemos que reiterar que en nuestro humilde rincón de Internet no aceptamos a aquellos que no dan la cara públicamente. Es una cuestión de principios. No se sienta ofendido, porque no entraña menosprecio.
Hay un sistema válido para comunicarse con este humilde diario digital que es el correo electrónico. Admitimos, si es su deseo, que se exprese de modo discreto, sin que sus palabras aparezcan publicadas (son muchos los que han optado por ello), pero deseamos saber con quién estamos tratando. Hasta ahora nos ha ido bien con ese método.
Tenemos que agradecer también a tantos lectores los mensajes de aliento que envían por ese conducto –algunos desde pueblos cercanos e incluso distantes- pero más aún a quienes nos indican sus preocupaciones y las preferencias de temas, que tratamos de satisfacer. Por esa razón, como habrán notado, hemos aumentado la opinión con ayuda de reconocidos profesionales de diferentes ideologías. Esta es una casa plural y pretende seguirlo siendo. Y además lo hacen a cambio de nada, por el placer de ayudar.
Nuestra opinión como medio sólo se refleja en la línea editorial y tiene como límite las leyes y, por encima de todas ellas, la Constitución democrática que nos dimos todos los españoles. En cuanto a los demás, sean cuáles sean sus ideas, van a tener siempre cabida en este humilde espacio, a no ser que no respeten el honor de los otros ciudadanos. No se toleran insultos. Vengan de quien vengan. Ahora bien, sabemos que algunos tienen un concepto equivocado de qué es insultar y qué no lo es. No estamos aquí para hacer el trabajo de los psicólogos.
Deberíamos haber agradecido hace un par de días el interés que nos demuestran con sus visitas, puesto que hemos rebasado ampliamente esta semana las doce mil, que no es moco de pavo y que no pensábamos sumar tan pronto. Nos sentimos todos, editor, director y equipo de colaboradores sumamente honrados y satisfechos. Puesto que en esto no hay lucro, esas visitas son nuestra mejor recompensa.
Hay también visitantes a quienes no les gusta lo que hacemos. ¡Qué le vamos a hacer! No se puede complacer a todos, pero a ellos también gracias por tomarse la molestia de seguir un medio que no les agrada. Y a algunos, por tomar en consideración las críticas y poner remedio a algunos de los hechos denunciados. Aunque no quieran reconocerlo. Les estamos igualmente reconocidos.