La Audiencia condena a 6.840 euros al alcalde de Puerto Real por injuriar al Rey
Madrid.- La Audiencia Nacional ha condenado a pagar al alcalde de Puerto Real (Cádiz), José Antonio Barroso (IU), a pagar una multa de 6.840 euros por "injurias graves"
al Rey. Y parece poco a la vista de las palabras llenas de maldad de ese regidor, que debe creerse el reyezuelo de su pueblo.
El fiscal pedía una multa de 10.800 euros por referirse al monarca con los calificativos de "corrupto" e "hijo de un crápula", entre otras lindezas. Pero el arrogante edil no se ha cortado y a su llegada al tribunal, ha manifestado que "aquí empieza el primer acto de la abolición de la monarquía".
La comparecencia del incalificable personaje ha estado acompañada de pancartas, banderas republicanas y políticos de tres al cuarto. El manchego Cayo Lara, coordinador de Izquierda Unida, ha matizado que han venido a respaldar a Barroso no porque estén "en contra de la persona de Juan Carlos sino para defender la ideas republicanas, de solidaridad, de igualdad y de fraternidad".
Eñ 14 de abril de 2008 en un acto de conmemoración de la II República celebrado en Los Barrios (Cádiz), Barroso criticó la "condición deleznable" de Don Juan Carlos y de su padre, el conde Don Juan, al que calificó de "una persona de condición licenciosa, deplorable, deleznable, no menos licenciosa que la de su esposa".
También hablo de una supuesta e inexistente "acostumbrada vinculación etílica" del rey y defendió que, "si algo había que aplicarle, sería la Ley de Extranjería". "El Borbón –dijo- forma parte de la parte más oprobiosa de la historia de este país, es algo de lo que nos debemos avergonzar, y a
l Borbón aunque no le colguemos de los intestinos de los obispos lo tendremos que echar, más temprano que tarde, de forma democrática.
Según el fiscal, todo ello constituyen "expresiones gravemente ultrajantes e injuriosas y manifiestamente ofensivas" contra el rey "en su condición de jefe del Estado". De igual modo, las tilda de "impropias, injustas y oprobiosas", y señala que "expresan un evidente menosprecio" al monarca y a la institución que representa que no está "amparado ni legitimado" por el ejercicio del derecho fundamental de la libertad de expresión.
Las opiniones de ese personaje entran en flagrante contradicción con el sentir mayoritario de los españoles, que han dado pruebas sobradas de afecto al monarca que cumplió el compromiso asumido con su padre, Don Juan de Borbón, de restituir la democracia al pueblo español.

El fiscal pedía una multa de 10.800 euros por referirse al monarca con los calificativos de "corrupto" e "hijo de un crápula", entre otras lindezas. Pero el arrogante edil no se ha cortado y a su llegada al tribunal, ha manifestado que "aquí empieza el primer acto de la abolición de la monarquía".
La comparecencia del incalificable personaje ha estado acompañada de pancartas, banderas republicanas y políticos de tres al cuarto. El manchego Cayo Lara, coordinador de Izquierda Unida, ha matizado que han venido a respaldar a Barroso no porque estén "en contra de la persona de Juan Carlos sino para defender la ideas republicanas, de solidaridad, de igualdad y de fraternidad".
Eñ 14 de abril de 2008 en un acto de conmemoración de la II República celebrado en Los Barrios (Cádiz), Barroso criticó la "condición deleznable" de Don Juan Carlos y de su padre, el conde Don Juan, al que calificó de "una persona de condición licenciosa, deplorable, deleznable, no menos licenciosa que la de su esposa".
También hablo de una supuesta e inexistente "acostumbrada vinculación etílica" del rey y defendió que, "si algo había que aplicarle, sería la Ley de Extranjería". "El Borbón –dijo- forma parte de la parte más oprobiosa de la historia de este país, es algo de lo que nos debemos avergonzar, y a

Según el fiscal, todo ello constituyen "expresiones gravemente ultrajantes e injuriosas y manifiestamente ofensivas" contra el rey "en su condición de jefe del Estado". De igual modo, las tilda de "impropias, injustas y oprobiosas", y señala que "expresan un evidente menosprecio" al monarca y a la institución que representa que no está "amparado ni legitimado" por el ejercicio del derecho fundamental de la libertad de expresión.
Las opiniones de ese personaje entran en flagrante contradicción con el sentir mayoritario de los españoles, que han dado pruebas sobradas de afecto al monarca que cumplió el compromiso asumido con su padre, Don Juan de Borbón, de restituir la democracia al pueblo español.