martes, 12 de enero de 2010

Crónicas Bárbaras

Zapatero no es España

Por M. Molares do Val
A Zapatero lo han menospreciado estos días varios medios informativos extranjeros, y numerosos políticos y periodistas han protestado aquí porque, dicen, se ha agredido a España y a los españoles.
Pero nadie agrede a España, que solamente es tierra, territorio inerte. Que todo lo más que da son dos tipos de plantas: las de vegetales, como tomates y naranjas, y las de muchas alturas de cemento armado.
España está habitada por españoles y similares especies, cada uno con su personalidad, y cualquiera, español o extranjero, tiene derecho a ridiculizar al primer ministro, si lo desea.
Incluso, a veces hay gentes de buen sentido que critican cruelmente a los políticos que han prometido imposibles o ridiculeces.
Con 45 millones de españoles medio arruinados, cuando Roríguez Zapatero anunció que iba a sacar a los 500 millones de habitantes de Unión Europea de la crisis durante sus seis meses como presidente mandamenos, la prensa extranjera hizo feroces bromas a su costa.
Prensa que no atacó la inerte superficie de España, ni siquiera a los españoles, que sólo pueden sentirse dañados por una mala administración o alguna forma de violencia, no con simples palabras.
Es habitual que los políticos manipulen a los ciudadanos erigiéndose como símbolos de la patria, patrimonializándola y presentándose ellos como el país mismo.
Por ejemplo, si usted dice que el socialnacionalista José Montilla es un pillo, enseguida aparecerá quien le acuse de insultar a Cataluña y a los catalanes. Habrá periódicos que dirán que usted estimula el separatismo.
Ocurría igual cuando la prensa extranjera denostaba a Franco: los medios del régimen afirmaban que el mundo rechazaba a su líder porque envidiaba a los españoles.
Y no: los dictadores, son dictadores, y los fantasmones, fantasmones, porque la verdad es verdad lo digan Agamenón, su porquero, o el Financial Times y The Economist.

(M. Molares es escritor, periodista y marino mercante)